Ni Europa ni el mundo que se proclama “moderno” deben temer a los símbolos cristianos, especialmente los Nacimientos, dijo el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano, durante su visita ayer al Nacimiento que todo los años exhiben los barrenderos romanos.
“Nadie debe tener miedo al Belén, que es un signo de fraternidad, intimidad y amistad que no hace daño a nadie”, dijo el Cardenal Bertone, al recordar que esta Navidad, “alguno ha tenido miedo de los belenes y parecía como que no los quisieran en las escuelas, en las ciudades y en los lugares públicos”.
El Nacimiento, explicó el Purpurado, “es un recuerdo para quien cree y para quien no cree, una invitación a una intimidad de las familias y también a una relación positiva con Dios”.