Miles de peregrinos cristianos, la mayor parte de ellos de otras partes de la región, disolvieron temporalmente la tensión y tristeza que se vive en Belén, cantando villancicos en diversos idiomas y participando de la Misa de Gallo en la iglesia franciscana de Santa Catalina.
Gracias a la gestión de los padres Franciscanos, que lograron permisos para numerosos grupos católicos de la región y para un reducido grupo de peregrinos venidos de otra parte del mundo, la Plaza del Pesebre, que se encuentra frente a la Iglesia de la Natividad y es el centro de esta población que años atrás tenía una significativa población cristiana y una vibrante presencia de peregrinos, se convirtió temporalmente en un lugar festivo gracias a los villancicos y los grupos musicales.
Las celebraciones comenzaron con la llegada del Patriarca Latino de Tierra Santa, Mons. Michel Sabah, quien efectuó el tradicional recorrido entre su sede en la ciudad vieja de Jerusalén y Belén, separadas por seis kilómetros.