El Obispo de Arlington, Mons. Paul Loverde, inició una cruzada contra la pornografía y exhortó a los ciudadanos y servidores públicos a trabajar por una legislación que respete la dignidad de toda persona humana.
En una extensa carta titulada "Comprado a un precio: pornografía, un ataque al templo vivo de Dios", Mons. Loverde afirma que este flagelo es una "plaga que asola el alma de hombres, mujeres y niños", arruina matrimonios y familias, "cobrando a sus víctimas entre los mas inocentes entre nosotros" y "destruye la capacidad de la persona de ver al otro como expresión única y bella de la creación de Dios".
"Tal vez lo peor, sin embargo, sea el daño que la pornografía hace a la estructura que tiene una persona para lo sobrenatural", escribe el Prelado. "Nuestra visión natural de este mundo es el modelo para nuestra visión sobrenatural del próximo".