Este medio día miles de peregrinos se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien recordó que en la base del compromiso misionero está el redescubrimiento del valor del bautismo.
El Santo Padre meditó sobre el Evangelio de hoy destacando que la oración del ciego Bartimeo “toca el corazón de Cristo, que se detiene, lo hace llamar y lo cura”.
“El momento decisivo –prosiguió- ha sido el encuentro personal, directo, entre el Señor y aquel hombre sufriente. Se encuentran uno frente al otro: Dios con su voluntad de curar y el hombre con su deseo de ser curado. Dos libertades, dos voluntades convergentes: ‘¿Qué quieres que haga?’, le pregunta el Señor. ‘¡Que recupera la vista!’, responde el ciego. ‘Ve, tu fe te ha salvado’. Con estas palabras se realiza el milagro”.