29 de octubre de 2006 / 04:28 AM
El Obispo de Wheeling-Charleston, Michael Bransfield, inició una campaña para luchar contra la obesidad en el país a través de una carta pastoral en la que exhorta a combatir este problema de salud que afecta cada vez a más estadounidenses.
En el texto titulado "Una Iglesia que sana", el Prelado propone generar comunidades más saludables y plantea la siguiente agenda: la Iglesia debe ser un testigo confiable de la vida saludable mediante la palabra y la acción, los fieles deben poder crear ambientes en donde la salud y el bienestar deben ser posibles para todos, se debe responder mejor a las necesidades de los jóvenes y los ancianos; alentar un espíritu de servicio entre todos, entre otras medidas.
De esta manera, Mons. Bransfield responde a este problema que también se manifiesta en su estado, en donde muchas personas tienen malos hábitos alimenticios, inactividad física y no hay un buen acceso a los servicios sanitarios.