La Asamblea Plenaria del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) que se realizó del 4 al 8 de octubre en Moscú, emitió un comunicado en la que precisó que solo hay vocaciones "cuando existe el testimonio de sacerdotes y religiosos que tienen una profunda vida espiritual y son capaces de vivir en comunidad. La crisis es, básica y fundamentalmente, una crisis de fe".
Los prelados europeos señalaron que "en el pasado, Europa Occidental proporcionó muchas vocaciones y ofreció al mundo muchos misioneros, pero ahora pasa por una grave crisis. Por un lado, los jóvenes de esta parte del Continente son afectados por los matrimonios rotos, el aislamiento, el subjetivismo, la falta de guía, la primacía de las emociones, el rechazo a las decisiones permanentes, la dificultad de aceptar la existencia del dolor; y por el otro buscan ideales radicales, autenticidad, el amor a Jesucristo".
Al referirse a la Iglesia en el Viejo Continente y a la situación del mundo, la CCEE resalta que "existe cada vez más una conciencia de la responsabilidad de Europa hacia otros continentes, especialmente hacia los pueblos sumidos en la violencia, hambre, injusticia, falta de libertad y que son finalmente forzados a emigrar. Que Europa busque el bien común y no se vuelva sobre sí misma para convertirse en una especie de ‘fortaleza’".