Sonia L. Ortiz, abuela de una niña de 10 años que resultó embarazada luego de ser violada por su padrastro, solicitó la custodia de la menor, actualmente a cargo del Departamento de la Familia, pues señala no estar de acuerdo con que se la obligue a abortar, ya que "la vida es de Dios".
Este caso ha reavivado el debate sobre el aborto en Puerto Rico, en el que un grupo defensor del aborto busca imponer la falacia de que es más riesgoso dar a luz que la terminación de embarazo.
La Iglesia Católica y los grupos defensores de la vida, por otro lado sostienen que un aborto en ese caso es "imponerle la pena de muerte a una criatura inocente".