Hace 300 años algunas familias católicas del distrito de Zao Qiang, de la provincia norte del He Bei, luchando por sobrevivir se trasladaron a Shang Dong, que se ha transformado en cuna de vocaciones sacerdotales y religiosas.
Según informa la agencia Fides, la inmigración se puede transformar en una oportunidad de evangelización, tal como demuestra la experiencia de los católicos que hace 300 años emigraron de Zao Qiang a la hoy diócesis de Zhou Cun. A pesar de las durísimas condiciones que encontraron a su llegada, la fe nunca fue comprometida.
Comenzaron un pequeño grupo de oración, después llegó la construcción de una capilla y finalmente, en el 1886, construyeron una bella iglesia en la aldea de Dong Yang, símbolo de esta comunidad. A través de los años el elocuente testimonio de vida cristiana, del matrimonio cristiano y del contacto cotidiano, hicieron que las poblaciones cercanas se convirtieran al catolicismo.