El Papa Benedicto XVI recitó la oración mariana del ángelus ante miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. En sus palabras introductorias afirmó que la labor del Obispo de Roma es la del servicio de la unidad doctrinal y pastoral de la Iglesia.
El Papa inició su introducción al ángelus recordando que “el martirio de Pedro y Pablo es considerado el verdadero y propia acto de nacimiento de la Iglesia de Roma”.
“Los dos Apóstoles –continuó- dieron su testimonio supremo a poca distancia de tiempo y espacio: aquí, en Roma, fue crucificado san Pedro y sucesivamente fue decapitado san Pablo”.