Los sacerdotes de la localidad valenciana de Vila-real elevaron una protesta formal contra los responsables de la cabalgata que recorrió las calles de Vila-real “ofendiendo gravemente el sentimiento religioso y las creencias de gran parte de los ciudadanos".
Mediante un comunicado los párrocos expresaron su “estupor e indignación en nombre de la Iglesia católica” por “aberración” que significó el desfile, que fue presenciado por el público en general, niños incluso, además de haber sido transmitida por televisoras locales.
Según el diario valenciano Levante, el desfile de algunos grupos con disfraces y escritos que hacían mofa del Papa Benedicto XVI fue rechazado también por numerosos lugareños, que calificaron las escenas de “pésimo gusto, sin sentido, y ridículas”.