A las 5:15 p.m. hora de Roma, el Papa Benedicto XVI llegó en helicóptero al Santuario del Divino Amor en Roma y tras rezar el Rosario con los miles de peregrinos ahí reunidos, pronunció un discurso en el que destacó la capacidad de amar de María, mujer que piensa y quiere como Dios.
Tras ser recibido por el Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y Vicario para la Ciudad de Roma, Cardenal Camillo Ruini, el Santo Padre recitó los misterios de gozo y tras finalizarlos afirmó que con el título de “Virgen del Divino Amor” se hace explícito “el vínculo que une María al Espíritu Santo, desde el inicio de su existencia, cuando en su concepción el Espíritu la preservó de toda sombra de pecado”.
El Pontífice, recordando su primera Encíclica, dijo a los presentes que “María es una mujer que ama. En cuanto creyente que en la fe piensa con los pensamientos de Dios y quiere con la voluntad de Dios, ella no puede ser sino una mujer que ama”.