El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, el Arzobispo Celestino Migliore, pidió este miércoles en la 39º sesión de la Comisión sobre Población y Desarrollo, no considerar el fenómeno migratorio como una “amenaza” sino que se deben ver sus aportes en áreas como la económica y la laboral.
El fenómeno de la migración, dijo el Nuncio Apostólico, "a veces es visto como una amenaza y es manipulado en beneficio de intereses políticos, a expensas de los derechos más naturales de todos los seres humanos, como el derecho a la vida, a la ciudadanía, al trabajo y al desarrollo".
"Para los países receptores, el impacto económico de la migración internacional suele ser normalmente positivo. Aunque la presencia de emigrantes internacionales podría tener un cierto efecto negativo sobre los salarios de los no emigrantes, o podría generar desempleo cuando los salarios son rígidos, estos efectos normalmente son pequeños a nivel nacional. A medio y largo plazo, la emigración puede generar empleo y producir beneficios económicos", precisó.