El Arzobispo de San Antonio (EEUU), Mons. José H. Gómez, recordó que la nación del norte se construyó con la inmigración y que los cristianos deben responder a este desafío de acuerdo a la enseñanza de Cristo: fui forastero y me acogiste.
Durante el coloquio “Migración internacional: la dimensión humana de la globalización”, organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, el Prelado destacó los aportes económicos, sociales y culturales que los extranjeros aportan a los países de destino.
En el caso de Estados Unidos, Mons. Gómez indicó que de acuerdo al censo de 2002, los inmigrantes hispanos son 37 millones 400 mil personas y representan el 13,3 por ciento de la población norteamericana. Del total, 66,9 por ciento son de origen mexicano; 14,3 de Centro y Sudamérica; 8,6 de Puerto Rico; 3,7 por ciento Cubano; y el 6,5 restante de otros orígenes hispanos, incluyendo España.