Cientos de musulmanes afganos protestaron en la ciudad de Mazar-e-Sharif, luego de anunciarse la liberación de Abdul Rahman, un converso al cristianismo que según la ley islámica debió haber sido condenado a muerte.
El Tribunal Supremo desestimó recientemente el caso contra Rahman, quien fue denunciado de “rechazar el Islam” en febrero pasado, luego que la policía encontrara una Biblia en su casa durante una disputa familiar por la custodia de sus hijas.
El caso de Rahman provocó la protesta de la comunidad internacional. A su favor intercedieron el Papa Benedicto XVI, el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush; la presidencia austriaca de la Unión Europea (UE) y representantes de Alemania, Italia, Reino Unido y Canadá, entre otros.