En una carta con ocasión de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el Obispo de Sigüenza-Guadalajara, Mons. José Sánchez González, resaltó que la “mera existencia” de esta vocación es “un signo y una aportación impagables a nuestro mundo materializado y de estrechos horizontes”.
Al destacar la importancia de la vida consagrada, afirmó que estas personas “están en la entraña del Evangelio y, sin ellas, a la Iglesia le faltaría algo de su propia naturaleza y el mundo sería mucho más pobre”.
Tras destacar que las personas consagradas, ya sea que hagan vida en común o no, se dedican a amplia variedad de obras apostólicas y de animación espiritual en la Iglesia y el mundo, el Obispo subrayó que todas ellas “constituyen, ya sólo por su mera existencia, un signo y una aportación impagables a nuestro mundo materializado y de estrechos horizontes”.