Las reliquias del Santo Padre Pío de Pietrelcina llegaron a la Catedral Metropolitana el domingo, donde fueron recibidas por el Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera.
Las reliquias se relacionan directamente con los estigmas del Señor que recibió el Padre Pío. La primera es un paño impregnado con la sangre de la llaga del costado del sacerdote capuchino y la otra es uno de los guantes que usaba para ocultar la herida de su mano. El paño quedará de manera permanente en el país mientras que el guante regresará a principios de febrero a San Giovanni Rotondo, Italia.
El Arzobispo de México recordó que el santo “derramó sin parar generosidad a su prójimo y es un ejemplo para nuestros tiempos porque con hechos y palabras hizo presente el amor de Dios”.