Durante un encuentro con los dirigentes de las Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos (ACLI), el Papa Benedicto XVI reiteró el valor que para la Iglesia tiene el trabajo humano; y recordó la primacía del hombre sobre las cosas.
En su discurso, el Santo Padre recordó las tres “consignas” que se han comprometido a encarnar a lo largo de su historia.
La primera es “la fidelidad a los trabajadores”. En este contexto, afirmó que el Magisterio siempre ha subrayado la dimensión humana del trabajo, sin olvidar el mandamiento del descanso. “Por eso, exigir que el domingo no se parangone al resto de los días de la semana es un deber a favor de la civilización”.