La Corte Suprema de Estados Unidos admitió una apelación del prisionero sentenciado a muerte, Clarence Hill, quien venció en la instancia inmediata inferior mientras esperaba ser ejecutado con la inyección letal con las líneas intravenosas ya colocadas, por considerarse éste un castigo “cruel e inusual”.
"Este es un asombroso y gran acontecimiento que suspende las ejecuciones en Florida y que podría ponerle fin a la muerte por inyección letal en Estados Unidos”, afirmó Abe Bonowitz, director de Floridians for Alternatives to the Death Penalty (Ciudadanos de Florida por Alternativas para la Pena de Muerte - FADP).
El abogado de Hill argumentó que los tres químicos utilizados en la inyección letal que se usa en Florida causan dolor, haciendo que la ejecución sea un “castigo cruel e inusual”.