El Papa Benedicto XVI hizo un paralelo entre el Salmo 137 (136), sobre el cual meditó en la Audiencia General de hoy, y la persecución nazi contra los judíos asegurando que “Dios, que es el último árbitro de la historia, sabrá comprender y acoger, según su justicia, el grito de las víctimas, más allá de los tonos ásperos que a veces adquiere”.

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