Al recibir al Arzobispo de Jartum (Sudán), Cardenal Gabriel Zubeir Wako, acompañado de un grupo de peregrinos sudaneses, el Papa Benedicto XVI destacó la oportunidad sin precedentes y el deber para la Iglesia de contribuir en el proceso de reconciliación nacional del país africano –que ha terminado un violento conflicto armado– y garantizó que la Santa Sede hará todo lo posible para romper el círculo de violencia en la zona.
Tras expresar su preocupación por el desarrollo pacífico de la vida civil y eclesial en Sudán, país que atraviesa una grave carestía, sobre todo en la región de Darfur, el Santo Padre dijo que “el cese de la guerra civil y la promulgación de una nueva Constitución han dado esperanza al pueblo de Sudán, que sufre desde hace tanto tiempo”.
“Si bien han habido reveses a lo largo del camino de la reconciliación, entre ellos la trágica muerte de John Garang”, dijo el Papa refiriéndose al Vicepresidente del país y ex líder del Ejército Popular de Liberación del Sudán, fallecido en un accidente aéreo en julio pasado, “en estos momentos hay una oportunidad sin precedentes y un claro deber para la Iglesia de contribuir de forma significativa al proceso de reconciliación y reconstrucción nacional”.