Durante la apertura de la 18° Congregación General del Sínodo sobre la Eucaristía, el Papa Benedicto XVI presentó a cada uno de los obispos participantes un anillo con un emblemático símbolo eucarístico: El pelícano.
Según explicó la Sala de Prensa, “esta ave, que vive en las orillas de lagos y ríos en las regiones cálidas, da de comer a sus pequeños con el alimento que extrae con el pico de la bolsa de piel del pecho. Antiguas leyendas imaginaron que el pelícano nutre a sus pequeños con su propia carne. La tradición cristiana, precisamente por esto, a partir del medioevo, comenzó a utilizar el pelícano como símbolo eucarístico, viendo en su sangre vivificadora la figura de la sangre redentora de Cristo”.
Por esta misma razón, explica el comunicado, “Cristo eucarístico, en el himno ‘Adoro te devote’, atribuido a Santo Tomás de Aquino, es llamado ‘Pie pellicane’ (‘Pelícano santo’). El anillo incluye el escudo del Pontífice en la parte interna.