En las palabras que sostuvo el Arzobispo de Québec, Cardenal Marc Ouellet, en la decimoquinta congregación general del Sínodo de los Obispos, se hizo notar que la causa de la crisis antropológica que vive el mundo de hoy emerge de la disgregación de las relaciones familiares y sociales.
Durante su intervención, el Purpurado resaltó el año de la Eucaristía como una "rampa de despegue para un movimiento eucarístico a largo plazo que permitirá la evangelización de la cultura partiendo por la familia, iglesia doméstica".
"La crisis antropológica actual –continuó– emerge de la disgregación de las relaciones familiares y sociales".