Ante unos 50 mil fieles reunidos hoy en la Plaza de San Pedro con motivo de la tradicional audiencia de los miércoles, el Papa Benedicto XVI ofreció una rica catequesis sobre el salmo 121, "Alegría de llegar a Jerusalén, la ciudad santa a la que se desea la paz", en la que destacó que la religión bíblica no es abstracta ni intimista sino fermento de justicia y solidaridad.
Según el Santo Padre, el Salmo traza un retrato ideal de Jerusalén en su función religiosa y social, "mostrando que la religión bíblica no es abstracta ni intimista, sino que es fermento de justicia y de solidaridad. A la comunión con Dios sigue necesariamente de los hermanos entre sí”.
Tras observar que “para los Padres de la Iglesia la Jerusalén antigua era signo de otra Jerusalén”, el Papa recordó que San Gregorio Magno, nota que “esta ciudad está construida ya aquí sobre el comportamiento de los santos. En un edificio una piedra sostiene a la otra y quien sostiene es a su vez sostenido por otro. Así en la santa Iglesia cada uno sostiene y es sostenido".