En 1981, siete jóvenes de la humilde aldea de Kibeho, Ruanda, fueron testigos de una conmovedora aparición mariana en el corazón de África. Su historia llegará a la pantalla grande gracias a un film financiado por la organización Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS).
La Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, anticipó el genocidio rwandés por las tensiones étnicas entre los pueblos Hutu y Tutsi, que dejaría 800 mil muertos a partir de 1994.
La Iglesia Católica en Ruanda aprobó las apariciones y consiente la peregrinación de miles de peregrinos al lugar.