Ante la sensible escasez de agua que experimentan algunas regiones de España, el Arzobispo de Sevilla, Cardenal Carlos Amigo, pidió a la población implorar a Dios por ella utilizarla responsablemente pues no es una propiedad particular y “no es justo que unos despilfarren y que otros padezcan sed”.
En su última la carta pastoral titulada "El agua, bendición de Dios y responsabilidad de todos", el Purpurado afirma que nadie tiene derecho a apropiarse del agua "como si de una propiedad particular se tratara” y señala que “corresponde a la administración pública la justa distribución del agua, atendiendo a las necesidades, ciertamente distintas, que pueden tener unos y otros individuos, unos y otros pueblos”.
Según el Cardenal, “no es justo que unos despilfarren y que otros padezcan sed. Que unos campos puedan producir abundantes cosechas y otros tengan que permanecer en barbecho".