Al tomar la palabra durante la 11º sesión de la Convención para la prohibición o limitación del uso de algunas armas convencionales que pueden producir efectos traumáticos excesivos o indiscriminados, el Representante de la Santa Sede, Mons. Silvano Maria Tomasi, llamó a una moratoria en la producción y uso de armas de acción oculta, especialmente las minas antipersonales.
El Prelado señaló que el uso de determinadas armas en los numerosos conflictos regionales luego de la Segunda Guerra Mundial permiten hoy "hacer un juicio objetivo desde el punto de vista del derecho internacional humanitario, así como desde el punto de vista estrictamente pragmático sobre las consecuencias del uso de toda una categoría de armas”, especialmente las minas antipersonales.
Mons. Tomasi destacó que las numerosas organizaciones humanitarias han hecho evidente hoy "la necesidad de una reflexión seria en torno a la legitimidad del uso de las minas”.