Un sacerdote que labora pastoralmente en el país, afirmó que “en China, la Iglesia sigue dividida”, durante su visita a la sede internacional de la organización Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS).
El presbítero –cuya identidad no fue revelada por motivos de seguridad– indicó que “cuando se trata de la religión, el Gobierno muestra su rostro marxista, pese a todas las reformas destinadas a crear una economía de mercado”. Añadió que “el cristianismo sigue siendo algo ajeno a la cultura china” y la Iglesia “tiene poco peso” para las autoridades estatales.
También mencionó que, entre los retos que afronta la Iglesia en China, se encuentra la formación de sacerdotes, religiosos y laicos, y el rango de minoría que tienen los católicos en el país. “No es fácil hacer una estimación, pero hay numerosas vocaciones religiosas, sobre todo femeninas”, acotó en relación a los fieles que consagran su vida a Dios.