La Diócesis de San Pedro Sula se unió a los familiares de las víctimas del incendio del Centro Penal Sampedrano, ocurrido en mayo de 2004, en su denuncia contra el Estado de Honduras y que ha sido presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
A través de un comunicado, el Obispo de San Pedro Sula, Mons. Ángel Garachana Pérez, señala que ya ha pasado más de un año desde la tragedia en la que murieron más de cien presos y hasta el momento las autoridades no han esclarecido los hechos.
El Prelado aclara que no se busca el enfrentamiento con el Estado, pero “tantos muertos y tanto dolor no pueden ser en vano”. En el texto, se pide a las autoridades reformar el sistema penitenciario donde, entre otras cosas, se vele por un estricto respeto a la vida humana.