Sínodo enfrentará urgencia de “profunda comprensión” de la Eucaristía

La próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos abordará la urgencia de los católicos que deben tener una “profunda comprensión” de la Eucaristía y se acerquen a recibir el Cuerpo y Sangre de Cristo con la debida preparación y reconciliación espiritual.

Esto se desprende del "Instrumentum laboris" o documento de trabajo de la próxima cita, que se celebrará del 2 al 23 de octubre en el Vaticano y cuyo tema será "La Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia".

El texto fue redactado sobre la base de las respuestas a los "Lineamenta" y al cuestionario enviado por la Secretaría del Sínodo de los Obispos a las Conferencias Episcopales, las Iglesias Orientales Católicas, los dicasterios de la Curia Romana y la Unión de Superiores Generales, consta de un prefacio, una introducción, cuatro apartados, divididos cada uno en dos capítulos y una conclusión.

Aunque el documento "se ha concentrado principalmente en los aspectos positivos de la celebración eucarística, que reúne a los fieles y hace de ellos una comunidad", también precisa aquellos desafíos que demandan una respuesta pronta para proteger el sentido de este sacramento.

"En los países donde reina un clima general de paz y de prosperidad, en gran parte occidentales, el misterio eucarístico es considerado por muchos como un modo de cumplir con el precepto festivo y es vivido como un convivio fraterno. En cambio, en los países torturados por las guerras se nota una comprensión más profunda del misterio eucarístico en su totalidad, es decir, también en la dimensión de sacrificio", precisa el documento.

Asimismo, describe como desafío que "algunos reciben la comunión aún negando las enseñanzas de la Iglesia o sosteniendo públicamente opciones inmorales, como el aborto, sin pensar que están cometiendo un acto de grave deshonestidad personal y causando escándalo”.

En su apartado "Eucaristía y mundo actual", el documento reconoce que este período está “caracterizado por fuertes contrastes en la familia humana" y agrega que el problema del hambre "no puede permanecer ausente en la reflexión de los padres sinodales, los cuales con todos los cristianos, varias veces al día suplican al Señor: ‘Danos hoy nuestro pan cotidiano’".

Luego examina la situación de las Iglesias particulares en diversos aspectos relacionados con la Eucaristía, constatando, que la participación en la Misa dominical es "más bien alta en las naciones africanas y asiáticas", y escasa "en la  mayor parte de los países europeos y americanos y en algunos de Oceanía".

El documento destaca la necesidad de la confesión, constata “la gran desproporción entre los que comulgan y los que se confiesan”, recuerda que los divorciados en nueva unión no pueden recibir la Eucaristía y advierte que en muchos países se ha convertido en algo “normal” que se dé la comunión a personas que viven en público adulterio.

También describe algunas realidades negativas que atentan contra el sentido de lo sagrado como el descuido en el uso de ornamentos litúrgicos, vestiduras poco adecuadas, escasa  calidad artística de los edificios sagrados, música y cantos inadecuados, que son más frecuentes en la liturgia latina que en la oriental, pero que no deben "causar falsos alarmismos porque están circunscriptas".