Terminada la Celebración Eucarística por la Solemnidad de los santos Pedro y Pablo el Santo Padre rezó el Ángelus con todos los presentes reunidos en la Plaza de San Pedro y manifestó nuevamente su voluntad de trabajar por la unidad.
El Santo Padre agradeció “el afecto con el que me habéis acogido y os pido rezar para que los santos Pedro y Pablo me obtengan la gracia de cumplir con fidelidad el ministerio pastoral a mí confiado”.
“Como Obispo de Roma- afirmó- el Papa desarrolla un servicio único e indispensable para la Iglesia universal: es el perpetuo y visible principio y fundamento de la unidad de los Obispos y de todos los fieles”.