El Papa Benedicto XVI recordó que la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, es no solo una grata memoria de estos dos grandes testimonios de Jesús, sino también la confesión de la Iglesia como una, santa, católica y apostólica.
La Eucaristía se celebró en la Basílica Vaticana a las 9:30 (hora local) y en el curso de ésta, el Papa bendijo e impuso los sagrados Palios al nuevo Decano del Colegio Cardenalicio, el Cardenal Angelo Sodano y a 32 Arzobispos Metropolitanos.
Al inicio de su homilía, destacó que la Solemnidad de San Pedro y San Pablo es “sobre todo una fiesta de la catolicidad”. Haciendo referencia al pasaje bíblico de Pentecostés hizo notar que “el fin de la misión es una humanidad que se convierte ella misma en glorificación viviente de Dios, el culto verdadero que Dios se espera: es este el sentido más profundo de catolicidad- una catolicidad que ya nos ha sido donada y hacia la cual todavía debemos encaminarnos siempre nuevamente”.