En su primera visita oficial fuera del Vaticano, el Papa Benedicto XVI llegó a la basílica de San Pablo de Extramuros y desde ahí pidió a Dios que le conceda el “empuje misionero” de su antecesor.
“Quiera Dios concederme también a mí el empuje misionero de Juan Pablo II” para que “no me dé paz frente a la urgencia del anuncio evangélico en el mundo de hoy”, dijo el Pontífice durante su homilía en la basílica y consideró que la intensa actividad del “Papa misionero” es “inimitable”.
Asimismo, señaló que “está a la vista de todos el ejemplo de mi amado predecesor" y comparó su dinamismo con el de San Pablo.