México, país que tuvo la bendición de recibir al Santo Padre en cinco oportunidades, despidió al Papa Juan Pablo II, “El Grande”, con una impresionante Eucaristía y una serie de actos conmemorativos que expresaban el profundo cariño del pueblo azteca por el Pontífice.
El jueves por la noche, los mexicanos salieron a saludar el trayecto del papabús, que partió a las 21:11 horas de la Nunciatura Apostólica de la Ciudad de México. El vehículo recorrió la Avenida de los Insurgentes para recibir el saludo de los fieles, quienes gritaban en todo el recorrido “Juan Pablo II, te quiere todo el mundo”. El papabús tenía las luces interiores prendidas y en el asiento interior había una foto del Papa con cirios y flores.
El viernes en la madrugada, exactamente a las 3 de la mañana, en la Basílica de Guadalupe, se celebró una multitudinaria Misa, al mismo tiempo que se celebraba la Misa de exequias en Roma. Allí, diversos artistas entonaron cantos con la multitud reunida como “las Mañanitas”, además de aplaudir y dar porras por el Santo Padre.