La prensa internacional reparó en las pancartas improvisadas en italiano por decenas de peregrinos en la Misa exequial del Papa Juan Pablo II. Todas ocupadas por un mismo pedido: “Santo Subito”, que significa “Santo Ya”.

El pedido de una eventual beatificación y luego canonización del Pontífice ha recorrido prácticamente todos los países del mundo y esta mañana se apoderó en varios momentos de la Plaza de San Pedro.

“En varios momentos de la Misa varias personas pidieron a gritos que Juan Pablo II fuera proclamado santo. La petición, acompañada por interminables aplausos, comenzó a escucharse cuando el Cardenal Ratzinger terminó la homilía. Además, había alguna pancarta en italiano en la que estaba escrito ‘Santo subito’ (Santo ya) y ‘Giovanni Paolo II il Grande’ (Juan Pablo II el Grande)”, reportó el Vatican Information Service (VIS). 

El féretro de Juan Pablo II, cargado por 12 portadores, fue llevado en procesión hasta el interior del templo en medio de una fervorosa ovación, mientras sonaban las campanas y muchos agitaban sus manos despidiéndose del Papa.

"Santo, santo, santo", corearon durante largos minutos los cientos de miles de devotos y peregrinos mientras ondeaban banderas de los cinco continentes. Un grupo de hispanohablantes portaba un cartel con la frase “Santo Ya”.

Algunas cifras

Según el VIS, participaron en la Misa de exequias por el Santo Padre monarcas reinantes de 10 países, 57 jefes de Estado, 3 príncipes herederos, 17 jefes de gobierno, los jefes de 3 organizaciones internacionales y representantes de otras diez, 3 esposas de jefes de Estado, 8 vicepresidentes de Estado, 6 vice primeros ministros, 4 presidentes de parlamentos, 12 ministros de Exteriores, 13 ministros y embajadores de 24 países.

De las delegaciones religiosas formaban parte 140 personas, entre ellas representantes de las Iglesias Ortodoxas, de las Iglesias Orientales Ortodoxas, de las Iglesias y comuniones eclesiales de Occidente, organizaciones cristianas internacionales, la Asociación Nacional de Evangélicos, representantes del Judaísmo, del Islam y delegaciones de las religiones no cristianas.

Millones de personas llegadas a Roma para asistir al funeral de Juan Pablo II, pero que no pudieron estar en la Plaza de San Pedro, vieron la ceremonia gracias a 27 pantallas gigantes distribuidas por toda la ciudad, incluídos los dos estadios de fútbol de la capital, la Universidad de Tor Vergata, el Circo Máximo, las basílicas de San Juan de Letrán, Santa María Mayor y San Pablo de Extramuros, la Plaza del Pueblo, la Plaza del Resurgimiento, el Coliseo y la Vía de la Conciliación, la  gran avenida que desemboca en la Plaza de San Pedro.

El jueves, el Alcalde de Roma, Walter Veltroni, declaró que "es como si Roma hubiera recibido a otra Roma".