Cathy Cleaver Ruse, directora de planeamiento e información del secretariado pro-vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos señaló que “la declaración de la ONU contra todo tipo de clonación humana es un documento que tiene fuerza para defender la dignidad y la inviolabilidad de la vida humana”.
Cleaver Ruse comentó que la declaración textualmente pide “prohibir toda forma de clonación humana dado que es incompatible con la dignidad humana y con la protección de la vida humana”, y afirmó que ésta tampoco “apoya la llamada ‘clonación terapéutica’ que amenaza la vida humana como si fuera un recurso para la experimentación”.
La directora también comentó que la declaración “sirve para prevenir la explotación de la mujer. Al permitir la clonación humana para la experimentación, se hubiese requerido que muchas mujeres entregasen sus óvulos a través de un método que es peligroso y doloroso. Nos complace que la declaración haya establecido que convertir a las mujeres en fábricas de óvulos es degradante”.