En una extensa y enérgica carta, el Obispo emérito de Jundiaí, Monseñor Amaury Castanho, llamó la atención de los dirigentes gubernamentales brasileños recordándoles su deber constitucional de respetar el derecho a la vida humana de todos en el Brasil.
Para ser “más explícito –señaló Mons. Castanho– respetar el derecho a la vida de los no nacidos; de los que fueron concebidos en el vientre de sus madres condenados no a nacer, sino a morir porque son abortados”.
En la carta, el Obispo hace una retrospectiva en la historia de los gobiernos de las últimas décadas, y explica cómo “se inició el triste proceso de agresión a la vida en el Brasil”, por el cual se muestra el modo en que sistemáticamente a través de recientes leyes y decretos, se han incumplido artículos de la propia Constitución Federal, inclusive la vigente, que defienden bajo toda circunstancia la vida humana, y que “incluyen, ciertamente, a los no nacidos, ampliándose con toda certeza a los deficientes físicos o mentales, a los ancianos, estén o no en la fase final de sus vidas. Así, tanto el aborto, cuanto la eugenesia y los moribundos tienen derechos líquidos a cierto respeto por sus vidas, desde la concepción hasta la muerte, inclusive de los no nacidos”, agregó Mons. Castaño.