El Papa Juan Pablo II hizo una breve aparición desde su ventana del Policlínico Gemelli para dar la bendición a los fieles que previamente escucharon sus reflexiones leídas en la Plaza San Pedro por el Arzobispo Leonardo Sandri.
En el texto leído por Mons. Sandri, el Santo Padre recordó que “Cristo, curando al ciego de nacimiento, se presenta como la luz del mundo. Él ha venido para abrir los ojos al hombre a la luz de la fe. La fe es luz que guía en el camino de la vida, es flama que conforta en los momentos difíciles”.
“Para los creyentes –agregó-, nacidos a la vida sobrenatural con el Bautismo, la Cuaresma es tiempo favorable para venir a la luz, es decir para renacer del Espíritu, renovando la gracia y el compromiso bautismal”.