Once años después de implementar la ordenación sacerdotal de mujeres y unos días después que el arzobispo de Canterbury aprobara que el príncipe Carlos –que cuando se convierta en rey será la cabeza visible de la iglesia anglicana– contraiga matrimonio con una mujer divorciada, la iglesia anglicana estudia la ordenación episcopal de mujeres.
Según informó la agencia Europa Press, las opiniones están muy divididas. Los que se oponen a la ordenación episcopal de mujeres argumentan que desde la muerte de Jesucristo todos los obispos fueron hombres, al igual que sus doce apóstoles. Asimismo, consideran erróneo que las mujeres puedan tener autoridad sobre los hombres en el ejercicio religioso.
El Sínodo de la iglesia anglicana sigue contemplando esta posibilidad, pero de aceptarla tomaría algunos años que una mujer pueda convertirse efectivamente en obispo.