Al culminar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Cardenal Walter Kasper, afirmó que podemos “distinguir a Cristo de la Iglesia, pero no podemos separar uno y otra”.
Al presidir en nombre del Papa Juan Pablo II la celebración de las vísperas en la Basílica de San Pablo Extramuros, el Cardenal reafirmó la necesidad de tener a Cristo como “cimiento y fin” del compromiso ecuménico, y recordó las palabras de San Pablo a los Corintios: “Nadie puede poner otro cimiento distinto del que está puesto, que es Jesucristo”.
En su homilía, centrada en el tema “Jesucristo, nuestro cimiento común”, el Purpurado expresó a los líderes religiosos que participaban en la ceremonia que “así se explica la razón de nuestro compromiso ecuménico”.