El filólogo español Fernando Carratalá ha publicado Hacia Belén (CEU Ediciones) una antología en la que aporta numerosas curiosidades de los villancicos más conocidos para cantar esta Navidad, y que incorpora códigos QR con reproducciones de los cánticos.
Estos son algunos de los detalles recogidos en el volumen que, como expone en el prólogo Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, “recoge numerosas composiciones dedicadas a evocar el que, junto a la Resurrección de Cristo, es el hecho más trascendental de nuestra historia”.
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1. Noche de Paz: cantado en 330 idiomas
Probablemente es el villancico más conocido del mundo, "ya que se canta en al menos 330 idiomas”, asegura Carratalá. Su letra es obra del sacerdote Joseph Mohr y data de 1816. Su música fue compuesta por el austriaco Franz Xaver Gruber dos años más tarde.
Fue interpretado por primera en la Misa de Gallo de ese año que se celebró en la antigua iglesia de San Nicolás, en Obendorf, cerca de Salzburgo (Austria), que fue arrasada en 1913 por unas inundaciones.
Cada 24 de diciembre, miles de turistas lo entonan en el idioma en que fue escrito en un templo que sustituyó al original y que se conoce como la “capilla de la Noche de Paz”.
En plena Primera Guerra Mundial, alemanes y británicos dejaron las armas en la Nochebuena de 1914 para cantar de forma conjunta este villancico, lo que dio paso a un momento icónico de fraternidad inspirado en el nacimiento del Hijo de Dios.
Intercambiaron algo de comida y tabaco y procuraron sepultar a los muertos en tierra de nadie, entre las trincheras de ambos grupos combatientes.
2. Adeste fideles: atribuido a un rey
Esta composición de 1743, una de las más conocidas del mundo, fue compuesta por el inglés John Francis Wade “a partir de manuscritos fechados en 1640 y atribuidos al Rey Juan IV de Portugal”.
También fue interpretado en la Nochebuena de 1914 por alemanes y británicos.
3. Campanas de Belén: de Belén al calvario
Compuesto en el siglo XX, la letra de este villancico ha sido adaptada a múltiples idiomas. Generalmente se cantan las cuatro primeras estrofas que hacen alusión al nacimiento de Jesús, la actitud de los pastores que acuden con ofrendas y una llamada de atención a estar atentos al acontecimiento que parte la historia de la humanidad.
Sin embargo, Carratalá hace notar que se han obviado las dos últimas, que hacen alusión al destino redentor del Niño en la Cruz y al destino de quienes están dispuestos a seguirlo, con versos como “En una cruz a esta hora el Niño va a padecer” o “Voy al portal por si el Niño con él me deja morir”.
4. Ya viene la vieja: actitud ante el misterio
Este villancico, que alude a la tradición del aguinaldo, contrapone la actitud de quien se planta de manera cicatera ante el misterio de la Navidad, con actitud de reserva (“le parece mucho, le viene quitando”) con la de los Reyes Magos.
Así, los sabios de Oriente llevan al Niño “muy ricos pañales” y “sopitas con vino”. En opinión del autor de la antología, ambas ofrendas suponen, por un lado, “una manifestación de opulencia” y, por otro, una ayuda “para combatir el frío”.
5. Rin, rin: ¿Qué es el anafre?
El villancico Rin, rin es posiblemente de origen andaluz, que se distingue por la onomatopeya que “parece un toque de atención o llamada” seguido de una suerte de trabalenguas, “en especial si las palabras se articulan deprisa y se marca con cierta intensidad el sonido vibrante de la erre”.
De su letra destaca la palabra “anafre”, cuyo significado es ignorado por la mayoría en la actualidad. También usada con la variante “anafe”, esta palabra designa un hornillo o infiernillo” necesario para calentar el chocolate que transporta la burra de la canción.
El chocolate caliente, acompañado de churros o del roscón de reyes, es habitual en las mesas de desayuno o merienda durante la Navidad en el invierno europeo.
6. El tamborilero: el villancico de la familia von Trapp
El villancico El tamborilero tiene su origen en una ópera compuesta en 1902 por Jules Massenet, que se inspiró en un relato del premio nobel de literatura Anatole France, que recrea una antigua leyenda francesa del siglo XII: El juglar de Nuestra Señora.
Según detalla Carratalá en Hacia Belén, la versión actual titulada Carol of the drum (Villancico del tambor) fue compuesta por la pianista estadounidense Katherin Kennicott Davis en 1941, quien la firmó con el pseudónimo C.R.W. Robertson.
Durante su gira en los Estados Unidos de 1951, el villancico fue interpretado por la familia von Trapp, que inspiró la célebre película La novicia rebelde (Sonrisas y lágrimas en España, The sound of music, titulo original).
7. Ya vienen los Reyes Magos: ¿de Holanda?
El villancico conocido como Ya vienen los Reyes Magos ha sido interpretado con multitud de variantes, si bien el estribillo se mantiene: “Olé, olé, Holanda y, olé, Holanda ya se ve, ya se ve, ya se ve”.
Fernando Carratalá constata que, “se mire como se mire, Holanda no forma parte del itinerario de los Reyes Magos en su trayecto a Belén, porque procedían de Oriente” y apunta a algunas especulaciones sobre el particular:
Una apuesta por que la estrella que siguieron los sabios hasta Belén se llamara “olanda”, sin hache; otra defiende que el origen está en una errónea traducción de “Tierra Santa” procedente de alguna canción anglosajona (holy land). Incluso, hay quien postula que Baltasar procedía de los que hoy son los Países Bajos.
En todo caso, apunta Carratalá, “lo que sí está claro es que el estribillo logra una sorprendente musicalidad” juntado el “olé” con las dos primeras sílabas de “Holanda”.
8. Feliz Navidad, la nostalgia de José Feliciano
La canción Feliz Navidad, obra del puertorriqueño José Feliciano, fue compuesto en 1970 a propuesta del productor Rick Jarrad. Feliciano explicó que esta exitosa tonada bilingüe tuvo su origen en la nostalgia: “Cuando compuse la canción, estaba de gira sin parar y extrañaba a mi familia y las tradiciones navideñas de Puerto Rico”.
9. Los peces en el río
Este villancico, centrado en la figura de la Virgen María, tiene gran popularidad tanto en España como en toda Hispanoamérica. Pese a ello, Carratalá destaca que “no sabemos ni la fecha de su composición, ni la autoría de música y letra”.
Sobre su particular estribillo, que se fija en la forma de beber de los peces en relación con el entusiasmo por ver al Niño recién nacido, el experto subraya que “es marcadamente popular y de letra y música muy pegadiza, aunque altamente extravagante”, ya que no se refiere a las tradicionales figuras del belén: pastores, Reyes Magos, ovejas, la estrella, etc.
Más allá de interpretaciones sobre si simbolizan a los discípulos que celebran la venida del Hijo de Dios, “lo que importa es que ‘saltan del río’ para asistir al nacimiento”, subraya el experto.
10. El burrito sabanero
Hugo Blanco Manzo compuso en 1972 este “aguinaldo”, que es el término técnico con el que se denomina a este tipo de canciones que son “una variante del villancico europeo que forma parte del folclore venezolano”.

