Con el inicio de las tradicionales posadas en México el 16 de diciembre, un sacerdote invitó a no perder el sentido cristiano de estos festejos y a vivirlos como una oportunidad para reunirse con vecinos, amigos y familiares y celebrar que “tenemos una misma fe”. 

El P. Pedro Lira, párroco de San Antonio de las Huertas en la Arquidiócesis Primada de México, advirtió que en la actualidad existe el riesgo de que estas celebraciones se reduzcan a un evento meramente social, relegando su significado esencial. 

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“Encontrarnos para celebrar es un valor esencial que no podemos perder, pero [debe realizarse] con un objetivo, con una razón”, afirmó. Especialmente, durante las pidió “no perder de vista que es el Hijo de Dios el centro”. 

El P. Lira recordó que los cristianos no celebran únicamente un acontecimiento del pasado, sino “algo vivo que es misterio para nosotros en la actualidad, presente y actuante”. 

Durante los nueve días previos a la Navidad, cada noche familias, vecinos y comunidades se congregan para rememorar el camino de la Virgen María y San José desde Nazaret hasta Belén, en busca de un lugar donde pudiera nacer el Niño Jesús. 

Esta tradición se remonta al siglo XVI, cuando misioneros agustinos promovieron las posadas como una herramienta evangelizadora, integrando celebraciones nocturnas de origen prehispánico y otorgándoles un nuevo significado cristiano: acompañar a María y José en su peregrinar hacia el nacimiento del Salvador. 

La jornada inicia con el rezo del Santo Rosario y continúa con una procesión en la que los participantes portan imágenes de los “Santos Peregrinos”, entonan letanías o villancicos y avanzan con velas o luces hacia el domicilio que ofrecerá posada esa noche. 

Al llegar, se realiza el tradicional diálogo cantado de “pedir posada”, en el que se escenifica la negativa inicial de los posaderos y, finalmente, la acogida llena de alegría. Una vez concedida la posada, la celebración prosigue con música, alimentos y la tradicional piñata, símbolo de la lucha contra las tentaciones y de la recepción de las bendiciones divinas. 

Una técnica para no olvidar el sentido cristiano de las posadas 

Como una forma para no olvidar el sentido cristiano de las posadas, el sacerdote invitó a realizar el rezo del Santo Rosario, las letanías que la Iglesia Católica dirige a la Santísima Virgen y el acto de pedir posada con los peregrinos.  

Asimismo, reconoció que hacer fiesta también es valiosos, pero insistió en no relegar la convivencia comunitaria. “Si no perdemos de vista este elemento, estaremos partiendo para bien celebrar las posadas”, agregó.  

“Vivimos en una sociedad marcada por el anonimato. Podemos compartir inclusive pared con los vecinos y no les dirigimos la palabra. Creo que las posadas son una oportunidad grande para encontrarnos”, aseguró.  

En este contexto, el P. Lira expresó su deseo que estas fechas se aprovechen para redescubrir en otras personas un hermano, pues “el Hijo de Dios se manifiesta precisamente en el otro” y animó a que las posadas sean para celebrar “como hermanos que tenemos una misma fe”.