La Diócesis de Tenerife (España) comunicó el fallecimiento este martes del Obispo Emérito Mons. Bernardo Álvarez a los 76 años, que gobernó la diócesis entre 2005 y 2024.
El prelado falleció habiendo recibido los santos sacramentos y la bendición apostólica en compañía de su hermana; su sucesor, Mons. Eloy Santiago; y otros representantes del clero diocesano, según se informó en un comunicado.
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Nacido en Breña Alta, en la isla de La Palma, Mons. Álvarez fue ordenado presbítero en 1976 por Mons. Luis Franco Cascón y durante 11 años desempeñó su labor pastoral en cuatro parroquias.
En 1999 fue nombrado vicario general de la diócesis hasta que, en junio de 2005, el Papa Benedicto XVI lo nombró obispo. Mons. Álvarez recibió la ordenación episcopal en septiembre de ese mismo año en la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, que entonces era la sede catedralicia de la diócesis nivariense.
El Papa Francisco aceptó su renuncia por motivos de edad en septiembre de 2024.
La diócesis informó que la capilla ardiente quedará instalada, este miércoles 26 de noviembre, a las 19:00 h., (hora local) en la iglesia del Hospital de Dolores de La Laguna.
La misa exequial se celebrará el jueves 27, a las 15:00 h. La comitiva partirá desde la iglesia de Los Dolores hasta la Catedral, donde será sepultado.
Mons. Santiago ha establecido que doblen las campanas en todos los templos de la diócesis en señal de luto y ha pedido que en las comunidades parroquiales se ofrezca la Santa Misa por su eterno descanso.
“No tenía miedo a la muerte”
El prelado ha señalado, tras conocerse el fallecimiento, que Mons. Álvarez “deja en nosotros un gran vacío, pero también vivimos este momento desde la esperanza. Él mismo, en su última entrevista, afirmó que no tenía miedo a la muerte. Es la señal de la esperanza cristiana que confía en la resurrección, que confía en la victoria de Cristo”.
“Por eso, la tristeza de este momento por la pérdida de nuestro querido D. Bernardo, se ve confortada por la esperanza que nos da el Espíritu Santo. Asimismo, nos vemos alentados por el testimonio con el que vivió su enfermedad y los últimos momentos de su vida”, añadió, según ha publicado el sitio web diocesano.
“A mí me gustaría destacar, sobre todo, a la persona. Él supo amar a este pueblo y lo sirvió con entrega y con dedicación. A veces, quizás, no tan acertado, pero siempre con ese deseo de servir al pueblo de Dios y trabajar por la evangelización”, añadió.
“Sin duda, le caracterizó su lema episcopal ‘Me he hecho todo a todos’. Una vida de entrega generosa, de disponibilidad, de ímpetu para llevar adelante la fuerza del evangelio y el testimonio de la fe”, concluyó el prelado.
La Diócesis de Tenerife ha elaborado un sentido vídeo resumen de su labor apostólica:




