El Vaticano lanzó una alerta sobre la urgente necesidad de preservar y redescubrir el enorme patrimonio audiovisual producido por misioneros católicos desde las primeras décadas del siglo XX.  

Según la agencia vaticana Fides, se trata de un “tesoro escondido” que permanece archivado en congregaciones religiosas e instituciones eclesiales de todo el mundo, y que puede servir como un recurso valioso para la misión evangelizadora de hoy.

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El tema fue abordado el 20 de noviembre en el histórico Palacio de Propaganda Fide, corazón del Dicasterio para la Evangelización, con motivo de la presentación del libro “Cine y misión. Fuentes audiovisuales e historia de las misiones católicas”, publicado por la Fundación Memorias Audiovisuales del Catolicismo (MAC).

En la apertura del encuentro, Mons. Samuele Sangalli, secretario adjunto del Dicasterio para la Evangelización, afirmó que “los misioneros que empuñaron la cámara nos han dejado no solo imágenes, sino visiones: visiones de fe, de esperanza, de fraternidad”.

Por su parte, Mons. Dario Edoardo Viganò, presidente de la Fundación MAC, destacó que “el cine y las fuentes audiovisuales son instrumentos privilegiados para contar la belleza de la fe, la dedicación de los misioneros, la riqueza de las culturas encontradas”.

El volumen presentado se produce tras un amplio trabajo de investigación, en colaboración con la Biblioteca Apostólica Vaticana, el Archivo Histórico de Propaganda Fide y otros organismos, que culminó en un congreso internacional celebrado en octubre de 2024.

Un patrimonio en riesgo

Durante el evento se subrayó que gran parte de este material se encuentra hoy deteriorado, sin catalogar y en riesgo de desaparecer. Sergio Palagiano, del Archivo General de la Compañía de Jesús, recordó que muchas de las cintas antiguas fueron filmadas en material de “nitrato de celulosa, altamente inestable e inflamable”, lo que dificulta su conservación.

La digitalización, coincidieron los expositores, requiere inversiones significativas y medios técnicos que muchas instituciones no poseen. Viganò reiteró que “su conservación no es solo una tarea técnica, sino un acto ético, una forma de cuidar la memoria eclesial”.

Un cine que evangeliza

El profesor Gianluca Della Maggiore explicó que estas producciones, a menudo clasificadas como simples materiales “amateurs”, deben entenderse hoy como parte de un “cine útil” y profundamente pastoral.

Este cine, señaló, “no nace para ser visto en festivales o en grandes salas comerciales, sino para ser vivido y debatido en las comunidades, en las parroquias, en los oratorios. Un cine que no busca el aplauso, sino la conversión, el compartir, la comunión”.

El especialista propuso el concepto de “cine apostólico” para estas obras audiovisuales que acompañan y refuerzan la misión evangelizadora de la Iglesia.

Un recurso para el presente

Los ponentes coincidieron en que este patrimonio no es solo histórico, sino un material vivo que puede servir para la formación de nuevas generaciones. Mons. Sangalli subrayó que “es nuestra tarea hoy valorizar esta herencia, hacerla accesible y ponerla al servicio de la nueva evangelización”.

En ese sentido, el material audiovisual conservado por instituciones misioneras –desde colecciones jesuitas y salesianas, hasta fotografías y películas conservadas por la Agencia Fides– puede iluminar la relación histórica entre la fe y las culturas evangelizadas, ofreciendo materiales de profundo valor catequético, antropológico y espiritual.

Flavio Belluomini, archivero del Archivo Histórico de Propaganda Fide, recordó que la Iglesia comprendió desde temprano el valor de la comunicación audiovisual para la misión. Citando estudios históricos incluidos en el nuevo libro, explicó que ya en la década de 1950 este dicasterio apoyaba producciones cinematográficas misioneras y gestionaba incluso su distribución internacional.