José Carlos González-Hurtado, presidente de EWTN España, publica en su país la nueva obra titulada “Las evidencias científicas de que Jesús es Dios”, tras el éxito de su primer libro sobre la existencia de Dios, que ya ha superado la octava edición.
Si en su primer bestseller ofreció los argumentos científicos que avalan que Dios es una realidad, en su nueva obra aborda con argumentos científicos las cinco opciones posibles sobre Jesucristo: Mito, personaje manipulado, un mentiroso, un maníaco o el mesías.
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En conversación con ACI Prensa González-Hurtado expone cómo llegó a convertirse en escritor de éxito hablando de ciencia y fe y el sentido providencial que eso tiene en nuestros días, antes de desgranar algunos aspectos del libro.
Dice en el libro que, pese a considerarse católico y ser practicante, durante una época “la fe no era prioridad, ni servía de fundamento” en su vida.
Yo era católico, como lo somos la mayoría de los españoles, pero en el sentido de que no era una de las cosas que me definían. Ahora, con toda seguridad, cuando me defino, [digo] “soy católico”.
¿Qué significa eso? Que forma parte de tu vida, que no es una chaqueta o una corbata que te pones un día y que al día siguiente no. Esa idea de poner y quitar la fe es más protestante que católica. Los católicos creemos en la unidad de vida.
Para mí era una chaqueta que me ponía y me quitaba y que, en determinados momentos, no vestía.

Sin embargo, ha reflexionado y rezado mucho para poder destilar en dos libros un montón de pensamiento y de corazón sobre Dios, sobre su existencia y sobre Cristo. ¿Qué pasó?
Me cambió vivir en Israel. Era director general de una compañía americana. Me tocó vivir la segunda intifada palestina, donde empezaron los suicidas bomba. Mi familia se fue y es cuando llegué a la conclusión de que todos nos tenemos que morir.
Mucho después, empecé a dar conferencias sobre las evidencias científicas de la existencia de Dios. Una de esas conferencias se hizo popular en Internet y entonces un editor me pidió hacerlo. Ninguno pensábamos que iba a ser un éxito.
Providencialmente, una de las preguntas que siempre salía en las conferencias que he dado sobre el otro libro, que son más de 200, es: “Bueno, vale, ya me has convencido de que Dios existe. Ahora, ¿es Jesucristo Dios? ¿Existen evidencias de que Jesucristo es Dios?”.
Y sí, existen evidencias de que Jesucristo es Dios. Y muchas. De hecho, yo suelo decir que lo más razonable es creer que Jesucristo sea Dios.
De todas esas conferencias parece haberse dado un especial encuentro con la juventud. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
Yo digo lo que digo. Lo digo para todo el mundo. Oye, cala más o cala menos, no lo sé. Pero no hago un mensaje especial para los jóvenes. De hecho, yo creo que eso es un error, porque jóvenes o no jóvenes, todos tenemos un alma y todos tenemos que salvarla, y cada uno somos responsables de la nuestra.
¿Qué es lo que creo que pasa? Que las personas de mi edad, muchos de nosotros estamos ya atornillados en nuestras ideas. Estoy hablando por ejemplo del ateísmo, de los ateos. Los ateos no es solo que piensen que Dios no existe, sino que han construido su vida alrededor de la no existencia de Dios. La diferencia es que yo tengo evidencias para sostener mi fe y ellos no.
Ahora bien, a una persona de 50, 60, 70 años, o 40 años, que haya construido su vida alrededor de eso, le es muy difícil dar la vuelta: ¿Qué significa eso para mi vida? ¿Qué tengo que cambiar en mi vida? ¿Qué van a decir de mí?
Las personas mayores tienen más inercia para no cambiar. Y los jóvenes, no. Entonces, muchas ocasiones, lo que pasa con los jóvenes es: “oye, yo soy ateo, o soy agnóstico, porque nadie me ha contado lo que tú me dices”.

“La ciencia no desmiente a Dios”
El libro está planteado desde la máxima de que la fe es razonable. Resulta audaz, ¿no?
Me he dado cuenta que hay muchos científicos católicos que les da miedo dar el paso a reconocer las evidencias que comprueban su fe. Tienen el síndrome de alienación aprendida o lo que se llama el síndrome de indefensión aprendida. Tienen vértigo de lo que la ciencia ha descubierto: que ellos tienen razón desde su fe.
Son científicos que no tienen la audacia de reconocer lo que los premios Nobel sí han reconocido. Max Planck dice: “La ciencia impone a Dios”. Amfinsen dice: “Sólo un idiota puede ser ateo”. Barton dice: “La ciencia demuestra a Dios”.
La ciencia no desmiente a Dios. ¿Cómo la va a desmentir si Dios creó la ciencia? ¿Cómo se va a desmentir a sí mismo? Pero no es eso. Es un camino que Dios nos ha puesto para llegar a él.
Lo único que yo estoy haciendo no es más que poner las pruebas que Dios nos ha dado en los últimos 50 años. ¿Por qué ahora? Porque providencialmente Dios ha decidido: “este es el camino para el hombre de hoy”.
Dios ha decidido: El hombre de hoy puede llegar a través de la ciencia. Y va y nos da las pruebas desde la física, la química, la matemática, la cosmología, la biología.
En el libro empieza demostrando la existencia histórica de Jesús ¿Era tan necesario?
Primero, metodológicamente, quiero poner todas las opciones. ¿Qué es Jesucristo? Las opciones son: No existió, con lo cual es un mito; es una manipulación: no dijo lo que creemos que dijo; era un mentiroso; estaba loco; o bien, es el mesías. Con lo cual, es una de las que hay que descartar.
Lo que hago es poner todas las fuentes históricas, no cristianas y, además, hostiles al cristianismo, que demuestran que Jesucristo existe.
Otros dicen que sólo está el Jesús histórico. En el libro defiende que quien dice que Jesús fue “un buen hombre” se sitúa en “un refugio fraudulento”. ¿En qué sentido?
Jesús realmente te interpela. Una vez que existe, lo lees o lees sobre él. Y dices: este tipo era especial. Entonces empiezas a buscar las alternativas que no cambien tu vida. La alternativa cómoda, como la esquina cozy, con poca luz: “Jesús es un gurú. Era un buen tipo”.
Jesús no fue un buen tipo. Jesús no lo fue. Porque no quiso serlo, además. Él no quiso presentarse como “Yo soy tu colega”.
Es el refugio fraudulento, lo siento, porque es el que no te ayuda a dar el paso. Es como el agnosticismo en el primer libro. El ateísmo es una afirmación. El agnosticismo es el mar de los sargazos, un sitio donde te quedas parado, no hay corrientes, no hay aires. Y puedes terminar tu vida en eso. Y es una pena.
Entonces Jesucristo no pudo ser una buena persona. No es un gurú. No es un maestro. No sólo, si quieres. Por supuesto fue un maestro, pero como consecuencia de todo aquello que nos enseñó.
¿El rechazo viene sobre todo por la implicación de cambio en la vida?
Depende de las personas. En el primer libro sí lo pensé: muchas veces el ateísmo es por soberbia. En el caso del rechazo a Jesucristo, también. Entonces no es más que Sócrates o Buda.
Las enseñanzas de Jesús no son solo pon la otra mejilla. Jesucristo habla muchísimas veces del infierno. Y eso yo sé que a los sacerdotes, a los obispos y a los curas no les gusta. No nos gusta a nadie hablar del infierno. Pero es cierto es que forma parte íntegra del mensaje de Jesucristo. Y Jesucristo viene a salvarnos. Y si viene a salvarnos es porque nos podemos condenar. Si lo piensas, nadie vendría a salvarnos si no hubiera más que esa opción.
La ciencia ha sido enarbolada como algo contrario a Dios. En el libro, sin embargo, se demuestra que prácticamente es la mejor aliada, ¿no?
Esta no es una frase mía, no recuerdo de quién: “La ciencia está opuesta a la religión como mi dedo pulgar está opuesto a mi dedo índice. Y, gracias a los dos, puedo coger la cuchara”. Son las dos ramas, son dos de los caminos que nos llevan a Dios.
La ciencia empieza y se produce en ambientes cristianos. Las universidades, prácticamente todas han sido fundadas por eclesiásticos. Entonces, decir eso yo creo que es un poco ignorancia.
La ciencia evolucionó mucho desde Voltaire y, además, cada vez se ve más claramente que el origen de una cosa y otra, el pensamiento filosófico y el pensamiento científico, tienen el mismo origen, que es eso que llamamos Dios.
Jesucristo, con los milagros, está diciendo, “yo soy Dios”
Defiende los milagros como una evidencia de que Jesús es Dios. Pero, a ello se puede oponer, que en el milagro hay un salto de fe. ¿Cómo explicar el milagro como prueba?
¿Qué es un milagro? Es una intervención prodigiosa y sorprendente de Dios en las causas de la naturaleza. ¿Qué es lo que se necesita para no creer en los milagros? No creer en Dios. Cuando una persona te dice “no, no creo en los milagros”, eso es un proxy de “no creo en Dios”.
Si Dios existe, ¿los milagros son imposibles? No. ¿Son contradictorios? No. Entonces, ¿pueden pasar? Sí. La persona que te dice “Dios existe y los milagros no”, lo que está diciendo es “yo le digo a Dios lo que puede o no puede hacer”.
Puesto, como hemos definido, que es una intervención de Dios prodigiosa, sólo la puede hacer Dios. Si Jesucristo hace los milagros en su propio nombre, en su propio nombre, “yo te digo, levántate”, entonces, está diciendo, “yo soy Dios”.
Por otro lado, plantea que la compresión de la fe como don puede operar de una manera contraproducente en el cristiano. ¿En qué sentido?
Esto es muy interesante. Si es un don y tú pierdes la fe, es que Dios te ha quitado ese don. No es sólo un don. La fe, dice Santo Tomás, es una moción del entendimiento bajo el imperio de la voluntad y asistida por la gracia.
Se necesitan las tres cosas. Yo sostengo que Dios le dará siempre la gracia a todas las personas que tengan el buen entendimiento y recta voluntad.
También lo decía Santo Tomás, las personas descreídas, normalmente, no es por falta de entendimiento. Es por falta de voluntad, es porque no quieren.
Si con sinceridad dices: “de verdad, quiero”, Dios te lo va a dar porque quiere que todos lleguen al conocimiento de la verdad y todos se salven. Y una de las cosas que hace Dios es no mentir. Cuando Dios dice, “pedir y se os dará”, no está mintiendo.
Sí, la fe no es sólo un don. Eso es muy peligroso porque es, bueno, pues oye, pues a mí es que no me ha tocado. ¿Sabes? Ha sido la lotería y yo es que, puf, qué mala suerte que no me tocó.

¿Qué tiene en el corazón sobre este libro que no podemos pasar sin decir?
El otro día también me preguntaron ¿cuál es la evidencia que a ti te convence más?
Una son los profetas, el hecho de que se haya profetizado 700, 600, 800 años antes de Jesucristo, aquello que pasó con Jesucristo y que además sólo ha pasado con Jesucristo. Y además tenemos constancia de que eso lo escribieron siglos antes. Porque hay veces que dicen, ah, bueno, pero eso se ha hecho para que cuadre. No.
Tenemos Isaías completo. El libro de Isaías se escribió en el año 750 antes de Jesucristo, pero tenemos una copia entera del siglo IV antes de Jesucristo, donde menciona que al Mesías le crucificarán.
Para entendernos, Isaías no sabía lo que era la crucifixión, porque no existía en el mundo judío y, sin embargo, él tiene una visión: vendrá el Mesías y al Mesías le crucificarán. Y va y eso pasa con Jesucristo.
La segunda son los milagros eucarísticos. Que es un paso más: demuestra la divinidad de Jesucristo. Pero además también demuestra la transubstanciación.
Se ha comprobado científicamente por laboratorios externos que la hostia consagrada se ha convertido en ocasiones en tejido vivo, cardíaco, que emana sangre de tipo AB y que tiene además leucocitos.
Ante eso el ateo, el agnóstico, simplemente lo ignora y dice, no: estoy seguro de que hay una trampa. Pero mire, son universidades externas, son laboratorios externos los que han certificado eso.
Este libro tiene la intención de poder servir de ayuda a desarrollar EWTN en España que próximamente lanza su programación española 24 horas. ¿Cómo afrontan el lanzamiento?
Hace cinco años fundamos EWTN en España antes de la pandemia. Lo lógico hubiera sido que no existiera hoy. Vamos, con toda seguridad.
Si ve EWTN en España, depende de la hora, verá programación hispanoamericana o española. Queremos pasar a tener 24/7, con lo cual, aprovecho para pedir donativos: No tenemos publicidad, no dependemos de ninguna congregación religiosa, ni ninguna institución religiosa, ni ningún movimiento religioso. Todos los donativos están precisamente, directamente para crear contenidos o crear más difusión.
El objetivo es la re-evangelización. Ahora, estamos hablando, vamos a tener programas para los de dentro y para los de fuera. ¿Qué quiero decir con esto? Que no es una televisión gazmoña, no es una televisión mojigata.

