Dos antiguos empleados del Banco del Vaticano —el Instituto para las Obras de Religión (IOR)— que habían sido despedidos tras contraer matrimonio, una situación prohibida por el reglamento interno de la entidad, serán reincorporados a su trabajo en el Vaticano.  

El matrimonio se casó el 31 de agosto del 2024 y el IOR les despidió un mes después, el 2 de octubre, basando su decisión en una nueva normativa del organismo que prohíbe expresamente la contratación de dos cónyuges. 

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Finalmente se ha logrado un acuerdo, alcanzado tras un largo proceso judicial, después de que los dos empleados del banco vaticano impugnaran la decisión a través de una abogada, que fue anunciado el 11 de noviembre de 2025 por la Asociación de Empleados Laicos del Vaticano (ADLV).  

Esta asociación celebró el desenlace del caso de este matrimonio —bautizado por los medios italianos como los “Romeo y Julieta” del Vaticano, por desafiar una norma que consideraban injusta y anacrónica— como una victoria de la justicia y la sensatez. 

“Al final ha vencido la justicia, mediada por la razón: Silvia y Domenico, l despedidos del IOR tras haberse casado, serán nuevamente contratados en el Vaticano”, afirmó la ADLV en un comunicado. “El suyo ha sido un verdadero calvario, y lo hemos reiterado muchas veces en nuestros llamamientos. ¿Ha generado frutos positivos este sufrimiento? En parte sí. Podemos decir que ha prevalecido un enfoque basado en la concertación, después de un análisis objetivo y cuidadoso de la posición de ambas partes en sede judicial”, señala el comunicado. 

La asociación expresó su gratitud a quienes contribuyeron a alcanzar la conciliación: “Agradecemos a todos los que han favorecido este acuerdo —¿por qué no se llegó a una verdadera sentencia?—, empezando por el presidente del Tribunal Vaticano, el profesor Venerando Marano. Ha sido una victoria del sentido común, del discernimiento y de la sabia voluntad de proteger a una familia”. 

En el texto, los empleados laicos también subrayan que el caso pone de relieve la necesidad de “bases más sólidas para la aplicación del derecho laboral en el Vaticano” y plantean interrogantes sobre la normativa vigente del IOR, que “en Italia sería evidentemente inconstitucional”. 

Además, recuerdan que “en el Vaticano no existen amortiguadores sociales”, un hecho que consideran “problemático para afrontar crisis de diversa índole”. 

Finalmente, la ADLV reitera su compromiso con el diálogo y la defensa de los trabajadores: “El diálogo ha sido siempre para nosotros el camino maestro y lo seguirá siendo. Sabemos que no hay otra vía que escuchar a los colegas, exponer los problemas y proponer soluciones, buscando mejorar las condiciones laborales de todos, trabajando desde abajo”. 

El comunicado concluye con un mensaje de esperanza y cercanía: “Mientras esperamos soluciones cada vez más concretas, no perdemos la ocasión de dirigir a Silvia y Domenico un sincero deseo para el comienzo de esta nueva etapa”.