Informes que circularon en medios de comunicación y en redes sociales en octubre de 2025 sostienen que el Vaticano ha abierto una sala de oración para musulmanes en la Biblioteca Apostólica.

Afirmación: La Biblioteca Vaticana ha abierto una sala de oración para musulmanes.

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Conclusión: La biblioteca sí permite a académicos musulmanes disponer de una sala en la que rezar mientras se encuentran en el lugar realizando investigaciones en los extensos archivos del Vaticano.

Contexto: A mediados de octubre de 2025, una cobertura noticiosa sensacionalista se propagó por medios digitales y redes sociales: el Vaticano está “permitiendo” una “sala de oración designada para musulmanes” en su Biblioteca Apostólica (National Review); la biblioteca ha “agregado una sala de oración musulmana” (The Dallas Express); el Vaticano ha “[establecido] [una] sala de oración musulmana en el corazón de la biblioteca de 500 años del Papa” (GB News); la Santa Sede ha “abierto” una “sala de oración musulmana en la Biblioteca Apostólica” (EuroWeekly News).

Los titulares no son técnicamente inexactos. Pero parecen sugerir cierta proactividad por parte del Vaticano, como si la Santa Sede hubiera abierto una sala de oración musulmana para atender a la población islámica de Roma. Y sería comprensible que los lectores pensaran que la iniciativa es más significativa de lo que realmente parece.

De hecho, los informes generaron críticas apasionadas en línea; un diácono, por ejemplo, afirmó que la sala de oración constituye “una traición total a Nuestro Señor Jesucristo”, mientras que el medio Zenit señaló que la política había provocado una “tormenta silenciosa” en respuesta.

La verdad parece ser algo más mundana. La existencia de la sala de oración se hizo ampliamente conocida tras la publicación, el 8 de octubre, de una entrevista entre el periódico italiano La Repubblica y el P. Giacomo Cardinali, vicerrector de la Biblioteca Apostólica Vaticana.

En la entrevista, de amplio alcance, Cardinali describió la biblioteca como una “institución universal” y “la más secular de toda la Santa Sede”.

“Nuestros interlocutores son centros de investigación, universidades públicas, el Louvre, el Metropolitano, la NASA”, dijo el sacerdote al periódico. “Realmente no saben qué es un sacerdote, y mucho menos cómo distinguirlo de un obispo o un cardenal”.

Al preguntársele si “académicos de otras religiones” acuden alguna vez a la biblioteca, el sacerdote respondió: “Por supuesto”.

“Algunos académicos musulmanes nos pidieron una sala con una alfombra para rezar, [así que] se la dimos: Tenemos coranes antiguos increíbles”, dijo el sacerdote.

“Somos una biblioteca universal”, añadió. “Hay colecciones árabes, judías, etíopes, piezas chinas únicas. Hace años descubrimos que tenemos el archivo japonés medieval más antiguo que existe fuera del Sol Naciente”.

Veredicto: La Biblioteca Apostólica Vaticana efectivamente permite a musulmanes una sala para la oración. Pero, lo que es importante, no parece ser un espacio de oración islámico de acceso general, sino más bien uno designado para los “académicos musulmanes” que puedan estar en el lugar en ese momento. Además, sólo se habilitó a petición de los propios académicos.

Y aunque es comprensible que una sala de oración musulmana en la Santa Sede pueda suscitar cierta disonancia cognitiva, el vicerrector de la Biblioteca Apostólica Vaticana describe el espacio como nada más que “una sala con una alfombra”.

En medio de la cobertura sensacionalista, el británico Daily Mail quizá lo expresó mejor cuando informó, simplemente: “El Vaticano ha concedido la solicitud de los académicos musulmanes de una sala de oración”.

Calificamos esta afirmación como verdadera, con un contexto importante.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.