Los testimonios de nigerianos secuestrados por pastores fulani yihadistas han revelado que cientos de cristianos siguen cautivos del grupo islamista en el infame Bosque de Rijana, en la parte sur del estado de Kaduna, Nigeria.
En una declaración compartida con ACI África —agencia en África de EWTN News— el 28 de septiembre, la Sociedad Internacional para las Libertades Civiles y el Estado de Derecho (Intersociety) denunció la persecución de cristianos presuntamente retenidos cerca de un puesto militar y afirmó que las víctimas deben ser liberadas.
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Los investigadores de Intersociety citaron un informe publicado por TruthNigeria a principios de mes titulado “Inside Rijana: Nigeria’s Forest of Hostage” (Dentro de Rijana: el bosque de rehenes de Nigeria), que recopiló testimonios de víctimas de ataques yihadistas. Estas relataron cómo fueron conducidas al enclave de Rijana, un extenso asentamiento oculto en el bosque, “como un pueblo secreto en sí mismo”.
Las víctimas, retenidas durante meses, relataron haber visto 11 grandes campamentos en Rijana, cada uno con más de 50 cautivos. También identificaron 10 campamentos más pequeños con alrededor de 30 cautivos cada uno. El número total de cristianos retenidos en la aldea, hasta agosto, se estimaba en 850.
Los investigadores de Intersociety consideran inconcebible que los cautivos estén recluidos cerca de bases militares y que nada se haga para rescatarlos.
“No menos de 850 rehenes cristianos se pudren dentro del Bosque de Rijana, cerca de una base del ejército nigeriano y otros en el condado de Kachia, en la parte sur del estado de Kaduna”, dijeron, citando el informe de TruthNigeria.
Criticando la inacción de las autoridades nigerianas ante la situación de los cristianos que siguen sufriendo en Rijana, los investigadores destacaron: “El bosque está ubicado a lo largo de la autopista Kaduna-Abuja y alberga el Área de Entrenamiento de Table Hill del Ejército Nigeriano y la Escuela de Artillería del Ejército, entre otros sitios militares.”
Los investigadores de Intersociety señalaron además que el estado de Kaduna “probablemente haya registrado el mayor número de cristianos secuestrados en Nigeria en los últimos nueve o diez meses”, entre el 2 de diciembre de 2024 y el 28 de septiembre de 2025, “con no menos de 1.100 casos”.
Testimonios de las víctimas
El informe de TruthNigeria detalla la experiencia de Esther Emmanuel, de 32 años, y su hija Anita, de 10 meses, secuestradas de su casa en la aldea de Gaude, estado de Kaduna, la noche del 4 de junio.
Esa misma noche, los terroristas fulani responsables también secuestraron a Maureen Mica, una agricultora de 35 años.
Describiendo el escondite yihadista en Rijana, Mica dijo a TruthNigeria: “Vi muchos campamentos grandes, unos cinco, aunque podrían ser más. Cada uno albergaba a más de 50 rehenes. También había campamentos más pequeños con unas 30 personas cada uno, más de 10 de esos. Esther y yo estuvimos en uno de los pequeños, con 30 personas. Cada campamento lleva el nombre de su comandante. El nuestro se llamaba Sanda, por el comandante.”
Mica relató que la vida en el campamento era brutal y que los cautivos sobrevivían a base de harina de maíz, a menudo sin sopa, y eran golpeados con frecuencia.
“A veces pasábamos siete días sin comida”, dijo, agregando: “Si la bebé Anita lloraba, los terroristas nos azotaban a la niña, a su madre y a mí.”
Confirmando la crueldad, Emmanuel relató a TruthNigeria: “Nos prohibieron hablar, mirarlos a los ojos y rezar oraciones cristianas. Una vez, cuando mi bebé lloró, intenté amamantarla. Un terrorista me la arrebató. En lugar de calmarla, le tapó la boca y la nariz, ahogándola. Tuve que forcejear para recuperarla”.
“La oración era nuestro único consuelo”, añadió. “En nuestro campamento ejecutaron a dos personas porque sus padres no pudieron pagar el rescate. En los campamentos grandes, las ejecuciones eran más frecuentes. Cada vez que oíamos disparos, sabíamos que alguien había sido asesinado. Cuatro ráfagas solían significar que dos personas habían sido ejecutadas.”
Críticas al ejército
Mientras tanto, los investigadores de Intersociety pidieron al ejército de Nigeria que vuelva a ser lo que era antes de perder la confianza de la población.
Señalaron que, antes de junio de 2015, el ejército nigeriano era reconocido por su “neutralidad, laicidad y semiprofesionalismo”, cualidades que, afirmaron, inspiraban confianza pública.
Con el tiempo, la confianza, que Intersociety estimaba en un 45%, se redujo drásticamente a “menos del 20%... especialmente entre civiles del este y miembros de grupos étnicos y religiosos minoritarios del norte.”
Los investigadores denunciaron la falta de neutralidad de las autoridades militares, al señalar que la situación está marcada por una “relación de complacencia con los bandidos yihadistas y sus aliados en el norte”.
El grupo criticó las “negociaciones y apaciguamientos” entre el ejército y los bandidos yihadistas, lo cual, advirtieron, ha hecho difícil que el gobierno y las fuerzas de seguridad se desliguen de los ataques, especialmente aquellos dirigidos contra cristianos.
Los investigadores afirmaron que resulta inconcebible que, mientras los yihadistas portan armas libremente en sus ataques contra poblaciones mayoritariamente cristianas, a los cristianos, en cambio, no se les permita tener armas para defenderse.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI África.

