El Cardenal Lucian Mureşan, arzobispo mayor de la Iglesia Greco-Católica en Rumanía y unos de los testigos más importantes que sufrió la persecución del régimen comunista que cayó en 1989, falleció este jueves 25 de septiembre a los 94 años.
Según informa Vatican News, Mureşan murió en su residencia de Blaj en Rumania, tras varios meses de enfermedad.
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Lucian Mureşan fue creado cardenal cuando ya tenía 80 años en 2012, durante el pontificado de Benedicto XVI. Este tipo de creación cardenalicia, cuando ya se ha superado la edad para ser elector en un eventual cónclave, es un reconocimiento pontificio del servicio a la Iglesia ofrecido por quien la recibe.
¿Quién fue el Cardenal Mureşan?
Lucian Mureşan nació el 23 de mayo de 1931 en Transilvania, Ferneziu, actual distrito de la ciudad de Baia Mare en Rumania, en una familia de 12 hijos.
Tras la supresión de la Iglesia Greco-Católica de Rumanía en 1948, tuvo que abandonar sus estudios de bachillerato y, durante un tiempo su vocación sacerdotal, para formarse profesionalmente como carpintero.
En 1955, el Obispo de Alba Iulia, Mons. Márton Áron, autorizó de manera excepcional el ingreso de cinco jóvenes greco-católicos, entre ellos Mureşan, en el instituto teológico de la Iglesia Católica de rito latino en esa diócesis.
En el cuarto año Mureşan y los otros que ingresaron con él fueron expulsados de la facultad por el departamento de cultos, con lo que se iniciaba el asedio de la Securitate, la policía secreta del régimen comunista de Ceausescu.
Durante diez años, trabajó en la dirección de mantenimiento de carreteras y puentes en el distrito de Maramureş, pero continuó estudiando teología de manera clandestina.
El 19 de diciembre de 1964 Mureşan fue ordenado sacerdote. También ejerció su ministerio en la clandestinidad, trabajando en la pastoral juvenil y vocacional. Tras la muerte del obispo Dragomir en 1986, dirigió la Eparquía de Maramureş.
Uno de los últimos discursos públicos del Cardenal Mureşan, ya enfermo, fue el de la conmemoración del beato y mártir del régimen comunista, Cardenal Iuliu Hossu, presidida por el Papa León XIV en la Capilla Sixtina en Vaticano.
Entre otras cosas, dijo que en el testimonio del cardenal mártir había encontrado la fuerza "para perdonar y amar a los que le perseguían".

