Francisco José (Patxi) Antón Aranzana y Josu Antón Sanz, padre e hijo, serán ordenados diáconos a la vez, uno permanente y el otro temporal, en la Diócesis de Vitoria y forman parte de una familia especial, por su entrega a Dios y su servicio a la Iglesia.

La ceremonia tendrá lugar este sábado 27 de septiembre en la Catedral de Santa María presidida por el obispo Mons. Juan Carlos Elizalde. Junto a los Antón también será ordenado un tercer diácono permanente, Ramiro Alfaro. 

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El caso de Patxi Antón es particular, pues recibió una triple invitación a valorar la vocación al diaconado permanente. Según narra a ACI Prensa su esposa, Mati Sanz: “Por un lado se lo dije yo, por otro, sin saberlo, se lo dijo el párroco y, por otro, se lo dijo el obispo”. 

Los Antón, pertenecientes a la Renovación Carismática Católica, colaboran de diferentes formas con la Iglesia Católica de manera activa desde hace muchos años. No en vano, Mati es celebrante de la Palabra en ausencia de presbítero, mucho antes de que su marido iniciara el camino hacia el diaconado permanente.

El matrimonio Antón, tras la profesión de votos perpetuos de Josu, junto a su otro hijo, David y el padre de Mati. Crédito: Cedida por la familia Antón.
El matrimonio Antón, tras la profesión de votos perpetuos de Josu, junto a su otro hijo, David y el padre de Mati. Crédito: Cedida por la familia Antón.

"Cuando él me acompañaba a las celebraciones de la Palabra, yo le decía: tú podrías, tienes preparación y una vida espiritual muy fuerte”, recuerda Mati. 

Su hijo mayor, Josu, ingresó en la Congregación de la Pasión (pasionistas) y forma parte de la comunidad que custodia el Santuario de Nuestra Señora de Angosto, en el Valle de Valdegovía. Su madre destaca que “siempre ha sido un niño con una sensibilidad religiosa muy grande”, pero a lo largo de la juventud la posibilidad del sacerdocio parecía remota hasta el último año de sus estudios universitarios de Matemáticas, que anunció su incorporación a los pasionistas y su vocación al presbiterado. 

Josu Antón (segundo por la izquierda), junto a su comunidad pasionista y el Obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde. Crédito: Cedida por la familia Antón.
Josu Antón (segundo por la izquierda), junto a su comunidad pasionista y el Obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde. Crédito: Cedida por la familia Antón.

En estos días previos a su ordenación, padre e hijo se encuentran realizando un retiro de preparación. En conversación con ACI Prensa, reconocen que estas horas previas las viven “con un poco de nerviosismo, alegría y un poco de todo, porque va a ser un momento muy especial para nosotros”, reconoce Patxi. 

Esta semana se cumplen ocho años desde que Josu se unió a los pasionistas, donde nació en él “el deseo del sacerdocio, de la vida comunitaria y del carisma propiamente pasionista de anunciar el amor de Dios en la cruz”. 

La importancia de rezar juntos en el matrimonio

Por su parte, Patxi comenzó su preparación para el diaconado permanente un poco después de la triple invitación recibida, primero por su mujer — “ahí empezó la llama”, reconoce— y luego confirmada por el prelado y su párroco: “Me animaron mucho y me lo confirmaron”.

En este camino de discernimiento para Patxi es clave el modo en que ha vivido su matrimonio junto a Mati: “Sin mi mujer no habría llegado aquí”, y no sólo porque para optar al diaconado permanente sea esencial el consentimiento de la esposa. 

“El diaconado se tiene que vivir y tiene que ser fecundo dentro del sacramento del matrimonio y de la familia”, explica Patxi, que añade, sobre su mujer: “Dios te pone lo mejor para ti, lo que necesitas y lo que te santifica y te ayuda”. 

En este camino, incluso antes de plantearse el diaconado, Patxi subraya la importancia de la oración entre los esposos: “Es vital, porque es lo que acerca a Dios, donde entregas tu corazón a Dios y un matrimonio y una familia sin Dios no tienen nada que ver”. 

“Los dos tenemos la misma meta, saber que tenemos que ayudarnos uno al otro para llegar al Señor y que nuestra vida consiste en eso, en ayudarnos a ir al Señor y a ayudar a nuestros hijos y a la familia”, añade. 

Patxi Antón y Mati Sanz, junto a una estatua de la Virgen. Crédito: Cedida por la familia Antón.
Patxi Antón y Mati Sanz, junto a una estatua de la Virgen. Crédito: Cedida por la familia Antón.

Tras su ordenación diaconal, Patxi realizará su servicio pastoral en su parroquia y después, “según las necesidades que se vean en la diócesis, lo que diga el obispo”. En este arranque de ministerio se muestra muy agradecido a los otros seis diáconos permanentes de la diócesis: “En esta preparación del diaconado, ver a otros hermanos también casados, con trabajo, pero que entregan su vida, verles como ejemplo ha sido muy importante”. 

Esperando servir a Dios juntos en el altar

A pocas horas de la ceremonia de ordenación diaconal, Josu reconoce que “hay nervios. Hay un cierto vértigo, por el salto que supone, en mi caso, pasar de consagrado, que ya fue un salto en su momento, a diácono, en este caso, y futuro sacerdote”. 

Este paso “supone una responsabilidad, ya es un camino hacia el pastoreo, hacia el servicio de otra manera y actuar en nombre de Dios en determinadas circunstancias”, añade Josu, que también comparte que lo vive “con mucha ilusión”. 

Como “Dios concede la llamada y concede el gusto por las cosas”, Josu se muestra además “con mucho deseo de que ocurra y de que ocurra con su padre”. 

Sin tratar de adelantarse no de quemar etapas, ambos piensan ya en que, dentro de unos meses, Patxi podrá estar presente como diácono en la Misa de ordenación presbiteral de su hijo y junto a él en el altar el día en que presida su primera Eucaristía. 

El secreto de la familia Antón

Patxi y Mati tienen otro hijo de acogida, adolescente, que llegó a sus vidas hace tres años sin evangelizar. Al volver de un campamento veraniego de la Renovación Carismática, les preguntó: “¿Qué hay que hacer para ser cristiano?”. Y se bautizó. 

Esta es otra muestra de cómo Dios está presente en esta familia, cuyo secreto desvela Mati casi al concluir la conversación con ACI Prensa: “Dios proveerá. Ese es nuestro lema de familia. Si soy fiel en lo poco, Él me confiará más”.