Tras el hallazgo de los cuerpos de las jóvenes Brenda del Castillo, Morena Verri y Lara Gutiérrez, que se encontraban desaparecidas desde el último viernes, los obispos de Quilmes y de San Justo expresaron su dolor y se unieron al reclamo de justicia.
Los cuerpos de las tres jóvenes —dos de 20 y una de 15 años— fueron encontrados descuartizados este miércoles durante un allanamiento en la localidad bonaerense de Florencio Varela, y por el caso hay cuatro detenidos.
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Al conocerse la noticia del triple crimen, el Obispo de Quilmes, Mons. Carlos José Tissera, y su Obispo Auxiliar, Mons. Eduardo Redondo, expresaron su dolor y lamentaron que “cerca del día internacional contra la explotación sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños (23 de septiembre), se tenga que despedir a estas jóvenes víctimas de muchos de estos flagelos”.
Asimismo, los prelados repudiaron “todo hecho de violencia y muerte, hoy puesto de manifiesto en estas chicas” y expresaron cercanía y oración a las familias, en nombre de la comunidad diocesana, uniéndose a su vez al reclamo de justicia y al pedido a las autoridades nacionales, provinciales y municipales, de “acciones prontas y efectivas de cuidado y promoción de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y personas vulnerables”.
“Si el Estado se corre, entra el narcotráfico”, recordaron los obispos, en referencia a una hipótesis que vincula el asesinato de las jóvenes al accionar de una banda de narcotraficantes, e invitaron “al compromiso, como sociedad, de cuidar y defender la vida”.
Una larga lista de violencia y muerte
También se pronunció respecto a lo ocurrido el Obispo de San Justo, Mons. Eduardo García, quien expresó profundo dolor y manifestó cercanía con las familias y amigos de las tres chicas.
Este episodio, denunció el prelado, “se suma a la larga lista de hechos de violencia y muerte que golpean a nuestros barrios desde hace tiempo”.
“Somos testigos de que grandes zonas han quedado libradas a merced de mafias narcos –a pequeña y gran escala– que se infiltraron y terminaron dominando y arrasando la vida de nuestra gente, especialmente de los chicos y jóvenes, instalando una verdadera cultura de delincuencia y criminalidad”, añadió.
“La constante ausencia del Estado en sus distintos niveles permite que esta cultura de la destrucción y la muerte crezca y avance sin freno. La falta reiterada de políticas públicas se convierte, en la práctica, en complicidad”, advirtió el obispo.
“Ante tanto desamparo, como Iglesia en San Justo reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por nuestros niños y jóvenes desde las tres ‘C’ de la vida: colegio, club y capilla, en contraposición a las tres ‘C’ de la muerte: calle, cárcel y cementerio”, aseguró.
“Necesitamos barrios cuidados, donde una patria donde no sea la barbarie pagada la que eduque, sino donde se garantice la inclusión, la salud, la seguridad y un verdadero proyecto de vida para nuestros niños, jóvenes y familias”, exhortó Mons. García, asegurando su oración por estas familias y “por todas las que, en nuestra patria, sufren bajo el flagelo del narcotráfico institucionalizado”.





